Por Mariana Robles Parra.
A través del tiempo los investigadores del tema nos han mostrado la evolución de los TCA, en específico de la Anorexia, la cual antes solamente era vista como un trastorno derivado de la “moda” en las pasarelas, quienes mostraban a mujeres extremadamente delgadas allá por la década de los noventas.
Sin embargo, desde inicios de este siglo, la evolución del trastorno ha hecho que exista una nueva clasificación, pues observamos que la anorexia no es solamente esa restricción de comer, sino que en varias ocasiones va acompañada de: binge eating (atracones) vomiting(vómito), o autolesiones.
La intervención terapéutica también ha tenido que evolucionar para hacer un frente común junto con la familia, contra el Trastorno alimentario (TA). Una de las principales innovaciones terapéuticas, es que anteriormente durante las sesiones debía dejarse a un lado el tema “comida” ya que se consideraba que este ejercía mayor presión en la joven; pero la práctica actual nos habla justo de lo contrario, manejando la importancia de comenzar a hablar de las percepciones y la relación que tienen las chicas afectadas por TA con la comida, para encontrar la ambivalencia entre su deseo de comer y el miedo, así como el impacto emocional que se ejerce entre la inhibición (supuesto control que sienten al no ingerir alimentos) y su impulso de alimentarse, con el fin de ayudarle en algún punto que puedan permitirse trasgredir su propia regla sin sentir que pueden perder el control.
Esto se lleva a cabo a través de técnicas terapéuticas, que ayuden a convencer a las jóvenes anoréxicas a que pueden transgredir de vez en cuando su regla de oro y sentir placer controlado en el proceso.
“Si te das permiso de experimentarlo o concedértelo, puedes llegar a renunciar a ello, si no lo haces será algo irrenunciable”
Dicha frase junto con argumentos válidos y una reestructuración en su pensamiento puede llevar a la joven a sentir que puede lograr paradójicamente, tener control de su control, y según Giorgio Nardone y Elisa Valteroni, puede llegar a producirse un “efecto avalancha”.
Y finalmente en esa reestructuración de su pensamiento, el terapeuta puede llegar a influir sobre la percepción deformada que la joven tiene sobre lo “estético” que ella percibe de un cuerpo Anoréxico, el cual refleja la fealdad de la escualidez al confrontarla con la belleza que irradia un cuerpo delgado pero sano. Contribuyendo de esta manera a que se permita quitar esos “lentes deformantes” que vienen incluidos con el trastorno.
Corrección de estilo: Mónica García Abraham
Fuentes de consulta:
LA ANOREXIA JUVENIL. Una terapia eficaz y eficiente para los trastornos alimentarios. Nardone Giorgio y Valteroni Elisa, editorial Herder, Barcelona 2018.
TODO SOBRE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA.Martínez Martín Ma. De Los Ángeles y colaboradores. Ed. Alfaomega. México 2016.