Por Mariana Robles Parra.
¿Por qué comienzas a tener una franca guerra contra la comida?, ¿Por qué de pronto ese comentario sobre tu complexión física que antes era tan insignificante, hoy se ha convertido en el principal precursor de tu necesidad de llegar a un “peso ideal”?
Hay varios especialistas que se han dado a la tarea de encontrar una razón a este cambio en tu pensamiento, y han llegado a la conclusión de que muchos de esos trastornos alimentarios solo esconden una problemática biopsicosocial, es decir, existe un factor genético derivado de la historia familia, un factor psicológico representado en una dificultad en el manejo de tus emociones, y que finalmente te lleva a tener dificultades en tu entorno social, ya sea en las relaciones familiares, de amistades, relaciones de pareja etc.
Y hablando de la parte psicológica, diversas investigaciones han arrojado una predominancia en presentar un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), en aquellas mujeres que en su personalidad presentan rasgos obsesivos-compulsivos y perfeccionismo. Lo que se ve reflejado en:
Pensamientos con frecuencia alterados. que te llevan a la rumiación por ejemplo en lo que ingeriste de comida y el efecto que tendrá en tu organismo e ideas sobrevaloradas que incluso pueden llegar a sacarte de tu realidad como el efecto de la comida en tu aspecto físico.
Emociones perturbadoras, ya que al no tener control en tus pensamientos, te llevan a entrar en un círculo vicioso, generando insatisfacción, enojo, tristeza, insuficiencia, etc. Al sentir que no puedes controlar estas emociones, te conducirán a la necesidad de compensarlas con la reactivación de tu TCA.
Percepción con distorsión en relación a de tu cuerpo en el caso de la Anorexia, o la insatisfacción de tu figura, en el caso de la Bulimia.
Conductas autodestructivas que te llevan a la falsa realidad de que a través de no comer o de tener un atracón, vuelves a recuperar esa “pseudo” sensación de control, y por lo tanto mejora tu autoestima ayudándote a “soportar” tu estado emocional.
Relaciones tensas o en muchas ocasiones con presencia de conflicto con las personas con quienes convives, las cuales como ya había mencionado antes, son las precursoras de la presencia de un TCA y que, al estar dentro del proceso, lejos de sentir una ayuda puedes llegar a sentirte presionada, poco comprendida, regañada, juzgada, aislada etc., y dentro de estas relaciones recuerda que pueden estar tu familia, amigos, compañeros, pareja, maestros etc.
Por lo que cuando decides por tu salud integral en lugar de la distorsión de tu pensamiento y el círculo vicioso que conlleva, es importante que comprendas que recuperar tu equilibrio no es una tarea sencilla y que requiere de varios especialistas, dependiendo de la gravedad de tu TCA, quienes te dirán paso a paso que debes hacer. En el caso de la parte psicológica, tu atención debe centrarse en que comiences a gestionar tus pensamientos, para que al generar un cambio te des cuenta de que tus emociones que hoy te parece MONSTRUOSAS, tarde o temprano llegarán a ser grandes aliadas para la recuperación de tu equilibrio, además de que aprenderás a encontrar tus propias herramientas para sentir mayor seguridad al relacionarte con otras personas, dando a tu aspecto físico su justo valor: ese envase que contiene al ser único y valioso que tú eres y que muchas personas están esperando conocer.
Corrección de estilo: Mónica García Abraham
Fuentes de información
LA ANOREXIA JUVENIL. Una terapia eficaz y eficiente para los trastornos alimentarios. Nardone Giorgio y Valteroni Elisa, editorial Herder, Barcelona 2018.
TODO SOBRE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA. Martínez Martín Ma. De Los Ángeles y colaboradores. Ed. Alfaomega. México 2016.